3. ¿Qué es el mundo?
1. El mundo es una percepción falsa. 2Nació de un error, y no ha abandonado su fuente. 3Persistirá mientras se siga abrigando el pensamiento que le dio vida. 4Cuando
el pensamiento de separación haya sido sustituido por uno de verdadero
perdón, el mundo se verá de una manera completamente distinta; de una
manera que conduce a la verdad en la que el mundo no puede sino
desaparecer junto con todos sus errores. 5Ahora su fuente ha desaparecido, al igual que sus efectos.
2. El mundo se fabricó como un acto de agresión contra Dios. 2Es el símbolo del miedo. 3Mas ¿qué es el miedo sino la ausencia de amor? 4El
mundo, por lo tanto, se fabricó con la intención de que fuese un lugar
en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar
separado de Él. 5Esa fue la cuna de la percepción, pues el conocimiento no podría haber sido la causa de pensamientos tan descabellados. 6Mas los ojos engañan, y los oídos oyen falsedades. 7Ahora es muy posible cometer errores porque se ha perdido la certeza.
3. Y para sustituirla nacieron los mecanismos de la ilusión, 2que ahora van en pos de lo que se les ha encomendado buscar. 3Su finalidad es servir el propósito para el que se fabricó el mundo, de modo que diese testimonio de él y lo hiciera real. 4Dichos mecanismos ven en sus ilusiones una sólida base donde existe la verdad y donde se mantiene aparte de las mentiras. 5No obstante, no informan más que de ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la verdad.
4. Del mismo modo en que el propósito de la vista fue alejarte de la verdad, puede asimismo tener otro propósito. 2Todo
sonido se convierte en la llamada de Dios, y Aquel a quien Dios designó
como el Salvador del mundo puede conferirle a toda percepción un nuevo
propósito. 3Sigue Su Luz, y verás el mundo tal como Él lo ve. 4Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla. 5Y deja que Él te conceda la paz y la certeza que tú desechaste, pero que el Cielo salvaguardó para ti en Él.
5. No nos quedemos tranquilos hasta que el mundo se haya unido a nuestra nueva percepción. 2No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. 3Y no intentemos cambiar nuestra función. 4Tenemos que salvar al mundo. 5Pues
nosotros que lo fabricamos tenemos que contemplarlo a través de los
ojos de Cristo, de modo que aquello que se concibió para que muriese
pueda ser restituido a la vida eterna.
LECCIÓN 241
En este instante santo llega la salvación.
1. ¡Qué alegría tan grande la de hoy! 2Éste es un día de una celebración especial. 3Pues este día le ofrece al mundo de tinieblas el instante que se fijó para su liberación. 4Ha llegado el día en que todos los pesares se dejan atrás y el dolor desaparece. 5La gloria de la salvación alborea hoy sobre un mundo que ha sido liberado. 6Éste es un tiempo de esperanza para millones de seres. 7Ahora ellos se unirán conforme tú los perdones a todos. 8Pues hoy tú me perdonarás a mí.
2. Ahora nos hemos perdonado los unos a los otros, y así podemos por fin regresar a Ti. 2Padre, Tu Hijo, que en realidad jamás se ausentó, retorna al Cielo y a su hogar. 3iQué contentos estamos de que se nos haya restituido la cordura y de poder recordar que todos somos uno!
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
1ª parte: http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-241a-audios-mp3_rf_5311140_1.html
2ª parte: http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-241b-audios-mp3_rf_5311222_1.html
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INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
de Robert Perry y Allen Watson
LECCIÓN 241 - 29 AGOSTO
“En este instante santo llega la salvación”
Propósito: Dar los últimos pasos a Dios. Esperar a que Él dé el último paso.
Tiempo de quietud por la mañana/ noche: Tanto tiempo como sea necesario.
- Lee la lección.
- Utiliza la idea y la oración para dar comienzo al tiempo de quietud. No dependas de las palabras. Utilízalas como una sencilla invitación a Dios para que venga a ti.
- Siéntate en silencio y espera a Dios. Espera en quieta expectación a que Él se revele a Sí Mismo a ti. Busca únicamente la experiencia de Dios directa, profunda y sin palabras. Estate seguro de Su llegada, y no tengas miedo. Pues Él ha prometido que cuando Le invites, vendrá. Únicamente pides que cumpla Su antigua promesa, que Él quiere cumplir. Estos momentos de quietud son tu regalo a Él.
Recordatorios cada hora: No te olvides.
Da gracias a Dios por haber permanecido contigo y porque siempre estará ahí para contestar tu llamada a Él.
Recordatorios frecuentes: Tan a menudo como sea posible, incluso cada minuto.
Recuerda la idea. Permanece con Dios, deja que Él te ilumine.
Respuesta a la tentación: Cuando te sientas tentado a olvidarte de tu objetivo.
Utiliza la idea del día como una llamada a Dios y desaparecerán todas las tentaciones.
Lectura: Antes de uno de los momentos de práctica del día.
- Lee lentamente la sección “¿Qué es?”.
- Piensa en ella durante un rato.
Observaciones generales: Ahora,
en esta parte final del año que tú y Jesús habéis pasado juntos,
empiezas a alcanzar el objetivo de las prácticas, que es el objetivo del
Curso. Jesús está tan cerca que no puedes fracasar. Has recorrido una
gran parte del camino. No mires hacia atrás. Fija la mirada en el final
del camino. No habrías podido llegar tan lejos si no te hubieses dado
cuenta de que quieres conocer a Dios. Y eso es todo lo que se necesita
para que Él venga a ti.
Comentario
Cuando
la lección dice que hoy “es un día de una celebración especial” (1:2),
sospecho que usa la palabra “especial” del mismo modo en que la usa en
otro lugar del Texto, en el que Jesús dice: “Todos mis hermanos son especiales” (T.1.V.3:6).
Hoy es un día especial porque, en el instante santo, la salvación ya ha
llegado. Y sin embargo, “Puedes reclamar el instante santo en cualquier
momento y lugar en que lo desees” (T.15.IV.4:4). ¡Siempre que pidas el
instante santo, es una celebración especial! ¡Un día de gozo!
Esto
es como decirle a un niño que puede celebrar la Navidad el día que
quiera. Y ciertamente el Curso nos dice exactamente eso, en la sección
titulada “La Hora de Renacer”, escrito en Navidad. Nos dice que esta
Navidad es la hora de Cristo, y que la hora de Cristo es el instante
santo (T.15.X.2:1), y luego nos dice: “en tus manos está hacer que la
hora de Cristo tenga lugar ahora” (T.15.X.4:1).
Y
entonces, ¿por qué no hoy? ¿Por qué no todos los días? ¿Por qué no
ahora? Cualquier instante que yo quiera puedo convertirlo en un instante
en el que “todos los pesares se dejan atrás y el dolor desaparece”
(1:4). La práctica del instante santo me ofrece esto. En cualquier
instante, dentro de mi mente puedo abrir una ventana al mundo real, y
respirar su agradable aire. Puedo sentir un mundo unido, unido por medio
de mi perdón.
Todavía
no siento la felicidad absoluta en el momento en que cierro los ojos y
digo: “En este instante santo llega la salvación”. Siempre está aquí la
realidad que he experimentado de vez en cuando, de eso estoy seguro. Sin
embargo, es muy desigual mi experiencia de ello (¡muy irregular!). Pero
una vez que la has sentido, y en ese instante has sabido que lo
que estás sintiendo es eterno, ya nunca podrás dudar de su eterna
presencia. Todavía hay muchos obstáculos que impiden que yo sea
consciente de ello. Todavía me estoy aferrando a algunos de esos
obstáculos. La mayor parte del tiempo, mis resentimientos me ocultan la
Luz del mundo. Pero está ahí. Mi perdón me la puede mostrar (1:7, 2:1).
Cada
vez que me detengo para recordar, cada vez que intento pedir un
instante santo, cae un obstáculo, se añade a mi depósito otra gota de mi
buena disposición. ¿De qué mejor manera puedo emplear mi tiempo? Como
dijo la Lección 127: “No hay mejor manera de emplear el tiempo que ésa” (ver párrafos 7 y 8).
Una nota más: date cuenta de que en 1:8, Jesús nos dice que le perdonemos a él.
Hoy voy a examinarme para ver si todavía guardo algo en su contra,
algún tipo de desconfianza hacia él, algún temor a él, algo por lo que
le culpo o por lo que estoy resentido contra él. Aunque le respete como
mi maestro, es muy fácil tener resentimientos contra tus maestros.
¿Qué es el mundo? (Parte 1)
L.pII.3.1:1-4
La
primera frase contesta la pregunta ¿qué es el mundo?: “El mundo es una
percepción falsa” (1:1). El resto de la página es la explicación de esta
corta frase. Algunos de nosotros, al leer por primera vez el Curso,
pensamos que quizá el Curso no quería decir que el mundo no es real,
sino que la manera en que lo vemos es falsa. Sin embargo, aquí, Jesús
nos está diciendo con toda claridad que el mundo y la percepción falsa
son lo mismo. El mundo es una alucinación, estamos viendo algo que no
está ahí.
Tal
como yo lo veo, “yo” estoy dentro de mi cabeza atento a un mundo que no
es parte de mí. Separado. Y eso no es la verdad. No existe un mundo
externo a mí (T.18.VI.1:1; T.12.III.6:7). “Lo que se proyecta y parece
ser externo a la mente, no se encuentra afuera en absoluto”
(T.26.VII.4:9).
El
mundo “nació de un error” y no ha abandonado nuestra mente que lo
produjo (1:2). Como dice el Curso frecuentemente: “Las ideas no
abandonan su fuente”. El mundo está en nuestra idea equivocada de la
separación, en nuestra mente. Cuando nuestra mente (la mente única que
todos compartimos) ya no desee más la idea de la separación, el mundo
que representa a esa idea desaparecerá.
Muchos
que han sido educados en una tradición religiosa que enseñaba que Dios
creó el mundo, han pasado por un montón de angustia y confusión,
preguntándose ¡cómo pudo crear Dios semejante lío! Si Él era responsable
de todo esto, no estábamos seguros de querer conocerle. ¡Qué alivio es
darse cuenta de que Él no lo creó!, nació del error de nuestra mente, de
albergar por error en nuestra mente la idea de la separación. Las
desgracias de este mundo sólo reflejan la desgracia que trajo a nuestra
mente el pensamiento de la separación. Es como si nos preguntásemos: ¿Y
si estamos separados?, y se nos diera al instante un viaje a una
realidad falsa de lo que eso sería.
Una
lección del comienzo dijo: “Puedo escaparme de este mundo renunciando a
los pensamientos de ataque” (Lección 55, repaso de la 23). El
pensamiento es el mismo. Sana los pensamientos de ataque, los
pensamientos de separación que todavía albergo, y puedo dejar atrás el
mundo. El Curso nos está ayudando a hacer justamente eso: abandonar
nuestros pensamientos de ataque, y solucionar los problemas del mundo en
donde se producen.
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