sábado, 30 de julio de 2016

UN CURSO DE MILAGROS. 30 de Julio. LECCIÓN 211


LECCIÓN 211

No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

1. (191) Soy el santo Hijo de Dios Mismo.

2En silencio y con verdadera humildad busco la gloria de Dios a fin de contemplarla en el Hijo que Él creó como mi Ser.

3No soy un cuerpo. 4Soy libre. 
5Pues aún soy tal como Dios me creó. 



AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-211-audios-mp3_rf_4920600_1.html


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Ayuda para las lecciones:
de  Robert Perry  y Allen Watson


LECCIÓN 211   -   30 JULIO

“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”
(191) “Soy el santo Hijo de Dios Mismo”
“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”


SEXTO  REPASO.   INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA

Propósito: Repasar cuidadosamente las últimas 20 lecciones, cada una de las cuales contiene todo el plan de estudios en su totalidad y, por lo tanto, es suficiente para la salvación, si se entiende, se practica, se acepta y se aplica sin excepción.

Tiempo de quietud por la mañana/ noche: por lo menos quince minutos.

  • Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.
  • Cierra los ojos y abandona todo lo que abarrota tu mente, olvídate de todo lo que crees saber. Dedícale el tiempo al Espíritu Santo, tu Maestro. Si te das cuenta de algún pensamiento de distracción, de inmediato niega que seas su presa, asegurándole a tu mente que ya no lo quieres más. Luego abandónalo y sustitúyelo con la idea del día. Di: “No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).

Observaciones: Estamos intentando ir más allá de las formas especiales de práctica porque lo que estamos intentando es ir más de prisa por una senda más corta que nos conduce a la serenidad y a la paz de Dios, que es nuestro objetivo.

Recordatorios cada hora: Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.

Respuesta a la tentación: No dejes pasar un solo pensamiento trivial sin confrontarlo. Si adviertes alguno, niega su dominio sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que no es eso lo que quiere. Luego descarta tranquila­mente el pensamiento que negaste y de inmediato y sin titubear sustitúyelo por la idea con la que estés practicando ese día, diciendo: No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).


COMENTARIOS SOBRE LA PRÁCTICA

  • Intentamos abandonar las palabras.
  • Intentamos abandonar las formas especiales de practicar.

Para las sesiones de práctica más largas nuestras únicas instrucciones son:

  • Vaciar nuestra mente de todo lo que la abarrota y olvidar todo lo que pensábamos que sabíamos.
  • Entregamos nuestras sesiones de práctica al Espíritu Santo, Quien nos enseñará qué pensar, decir y hacer, y Quien guiará nuestras sesiones de práctica.

Hay dos excepciones a esta falta de estructura:

  • Se nos dice que no dejemos pasar ningún pensamiento vano o distraído sin respuesta durante nuestro tiempo de quietud.
  • Se nos dan unos pocos pensamientos concretos (unas pocas líneas) para la lección de cada día, para que nos ayuden en nuestra práctica.

Comentario

Buscar la gloria de Dios en mi Ser, eso suena un poco pretencioso. Sin embargo, la lección dice que busquemos esta gloria “con verdadera humildad”. Por supuesto, el Curso está hablando de el Ser, y no de mi ser. “Pero no nos referimos aquí al interés propio del ser del que el mundo habla” (M.4.VII.2:2). Cuando alguien dice: “La gloria de Dios está en mí” o “Soy el santo Hijo de Dios Mismo”, hay una gran diferencia según a que “mí” o “yo” se refiere. Si es el ser que creo que existe separado de los billones de otros seres de este mundo, no estamos hablando de la verdad. Estamos siendo pretenciosos. Si se refiere al Ser que es compartido por todos esos billones, el Ser del que mi pequeña consciencia es sólo un trozo, es la Verdad que me hace libre.

La gloria de Dios no está en el pequeño ser, sino que mora en el Ser. Y contemplar esa gloria “en el Hijo que Él creó como mi Ser” no lleva a falsas ilusiones de grandiosidad, sino a la verdadera grandeza,  a la grandeza que se percibe y se comparte al instante con todas las cosas vivientes. No existe una posición mía por encima de otros, pues la gloria en ellos es la mía propia.

Estas lecciones finales del repaso, antes de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, se refieren mucho a cosas como el silencio, y contemplar la gloria de Dios. En estos momentos de práctica, busquemos abrirnos a esa clase de experiencia, a un ver que no es con los ojos, a una consciencia de la realidad de nuestro Ser, el Hijo de Dios. Que mis insignificantes pensamientos se acallen, y que yo oiga la Voz de Dios hablando dentro de mí, hablando a mi ser de mi Ser, atrayéndome a regresar en armonía con ese inmenso Ser al que yo pertenezco, reuniendo juntos los aparentes trozos de la Filiación en una Totalidad armoniosa. Ciertamente, soy tal como Dios me creó. No un simple cuerpo, ni limitado por el cuerpo, ni caracterizado por el cuerpo, sino “libre de toda limitación, a salvo, sano y pleno” (L.97.7:2). Soy lo que Dios creó, el santo Hijo de Dios Mismo.

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viernes, 29 de julio de 2016

UN CURSO DE MILAGROS. 29 de Julio. LECCIÓN 210


LECCIÓN 210

No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

1. (190) Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor.

2El dolor es mi propia invención. 3No es un pensamiento de Dios, sino uno que yo pensé aparte de Él y de Su Voluntad. 4Su Voluntad para Su Hijo bienamado es dicha y sólo dicha. 5eso es lo que elijo en lugar de lo que yo inventé.

6No soy un cuerpo. 7Soy libre. 
8Pues aún soy tal como Dios me creó. 



AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-210-audios-mp3_rf_4855963_1.html


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Ayuda para las lecciones:
de  Robert Perry  y Allen Watson


LECCIÓN 210  -  29 JULIO

“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”
(190) “Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor”
“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”


SEXTO  REPASO.   INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA

Propósito: Repasar cuidadosamente las últimas 20 lecciones, cada una de las cuales contiene todo el plan de estudios en su totalidad y, por lo tanto, es suficiente para la salvación, si se entiende, se practica, se acepta y se aplica sin excepción.

Tiempo de quietud por la mañana/ noche: por lo menos quince minutos.

  • Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.
  • Cierra los ojos y abandona todo lo que abarrota tu mente, olvídate de todo lo que crees saber. Dedícale el tiempo al Espíritu Santo, tu Maestro. Si te das cuenta de algún pensamiento de distracción, de inmediato niega que seas su presa, asegurándole a tu mente que ya no lo quieres más. Luego abandónalo y sustitúyelo con la idea del día. Di: “No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).

Observaciones: Estamos intentando ir más allá de las formas especiales de práctica porque lo que estamos intentando es ir más de prisa por una senda más corta que nos conduce a la serenidad y a la paz de Dios, que es nuestro objetivo.

Recordatorios cada hora: Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.

Respuesta a la tentación: No dejes pasar un solo pensamiento trivial sin confrontarlo. Si adviertes alguno, niega su dominio sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que no es eso lo que quiere. Luego descarta tranquila­mente el pensamiento que negaste y de inmediato y sin titubear sustitúyelo por la idea con la que estés practicando ese día, diciendo: No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).


COMENTARIOS SOBRE LA PRÁCTICA

  • Intentamos abandonar las palabras.
  • Intentamos abandonar las formas especiales de practicar.

Para las sesiones de práctica más largas nuestras únicas instrucciones son:

  • Vaciar nuestra mente de todo lo que la abarrota y olvidar todo lo que pensábamos que sabíamos.
  • Entregamos nuestras sesiones de práctica al Espíritu Santo, Quien nos enseñará qué pensar, decir y hacer, y Quien guiará nuestras sesiones de práctica.

Hay dos excepciones a esta falta de estructura:

  • Se nos dice que no dejemos pasar ningún pensamiento vano o distraído sin respuesta durante nuestro tiempo de quietud.
  • Se nos dan unos pocos pensamientos concretos (unas pocas líneas) para la lección de cada día, para que nos ayuden en nuestra práctica.


Comentario

Si viéramos claramente que ésta es nuestra elección -la alegría o el dolor-, ¿habría alguna dificultad en elegir?

Aprender que ésta es la única elección es lo que lleva tanto tiempo.

Estamos enormemente confundidos acerca de lo que nos hace felices. Estamos convencidos de que nuestro cuerpo nos puede proporcionar felicidad. Estamos convencidos de que una relación sentimental buena nos puede proporcionar felicidad. Estamos seguros de que renunciar a ciertas cosas de este mundo nos traerá mucho sufrimiento. Se necesita tiempo, y a veces la ilusión de “renunciar”, para aprender que no renunciamos a nada. “Se tiene que haber aprendido mucho, tanto para darse cuenta de que el mundo no tiene nada que ofrecer como para aceptar este hecho” (M.13.2:1).

“El dolor es mi propia invención” (1:2). ¡Qué afirmación más sorprendente! El dolor es una idea que yo he pensado por mi cuenta, no con Dios. El dolor está intentando encontrar la felicidad en este mundo. Me he enseñado a mí mismo que el mayor placer de todos es la autonomía total, la independencia completa, bastarme a mí mismo por mi cuenta. Yo he elegido esto y, al hacerlo, he inventado el dolor. Ahora, estoy aprendiendo a elegir la Voluntad de Dios en lugar de lo que yo he inventado, la alegría en lugar del dolor. “Te estoy enseñando a que asocies la infelicidad con el ego y la felicidad con el espíritu” (T.4.VI.5:6).

Que hoy me dé cuenta de que al decir: “No soy un cuerpo”, estoy eligiendo la alegría en lugar del dolor. En cambio, si continúo afirmando: “soy un cuerpo”, estoy eligiendo el dolor en lugar de la felicidad.


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jueves, 28 de julio de 2016

UN CURSO DE MILAGROS. 28 de Julio. LECCIÓN 209


LECCIÓN 209

No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

1. (189) Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora.

2El Amor de Dios es lo que me creó. 3El Amor de Dios es todo lo que soy. 4El Amor de Dios proclamó que yo soy Su Hijo. 5El Amor de Dios dentro de mí es mi liberación.

6No soy un cuerpo. 7Soy libre. 
8Pues aún soy tal como Dios me creó. 


AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-209-audios-mp3_rf_4854163_1.html



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Ayuda para las lecciones:
de  Robert Perry  y Allen Watson


LECCIÓN 209   -   28  JULIO

“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”
(189) “Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora”
“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”


SEXTO  REPASO.   INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA

Propósito: Repasar cuidadosamente las últimas 20 lecciones, cada una de las cuales contiene todo el plan de estudios en su totalidad y, por lo tanto, es suficiente para la salvación, si se entiende, se practica, se acepta y se aplica sin excepción.

Tiempo de quietud por la mañana/ noche: por lo menos quince minutos.

  • Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.
  • Cierra los ojos y abandona todo lo que abarrota tu mente, olvídate de todo lo que crees saber. Dedícale el tiempo al Espíritu Santo, tu Maestro. Si te das cuenta de algún pensamiento de distracción, de inmediato niega que seas su presa, asegurándole a tu mente que ya no lo quieres más. Luego abandónalo y sustitúyelo con la idea del día. Di: “No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).

Observaciones: Estamos intentando ir más allá de las formas especiales de práctica porque lo que estamos intentando es ir más de prisa por una senda más corta que nos conduce a la serenidad y a la paz de Dios, que es nuestro objetivo.

Recordatorios cada hora: Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.

Respuesta a la tentación: No dejes pasar un solo pensamiento trivial sin confrontarlo. Si adviertes alguno, niega su dominio sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que no es eso lo que quiere. Luego descarta tranquila­mente el pensamiento que negaste y de inmediato y sin titubear sustitúyelo por la idea con la que estés practicando ese día, diciendo: No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).


COMENTARIOS SOBRE LA PRÁCTICA

  • Intentamos abandonar las palabras.
  • Intentamos abandonar las formas especiales de practicar.

Para las sesiones de práctica más largas nuestras únicas instrucciones son:

  • Vaciar nuestra mente de todo lo que la abarrota y olvidar todo lo que pensábamos que sabíamos.
  • Entregamos nuestras sesiones de práctica al Espíritu Santo, Quien nos enseñará qué pensar, decir y hacer, y Quien guiará nuestras sesiones de práctica.

Hay dos excepciones a esta falta de estructura:

  • Se nos dice que no dejemos pasar ningún pensamiento vano o distraído sin respuesta durante nuestro tiempo de quietud.
  • Se nos dan unos pocos pensamientos concretos (unas pocas líneas) para la lección de cada día, para que nos ayuden en nuestra práctica.

Comentario

“El Amor de Dios es lo que me creó” (1:2). Crear y amar son lo mismo (T.7.I.3:3). El Amor, por su naturaleza, se extiende hacia fuera y crea más de Sí Mismo, crea a Su semejanza… “Dios te creó extendiéndose a Sí Mismo hasta dar lugar a lo que eres…” (T.7.I.5:2). “¿Crees que puedes juzgar al Ser de Dios? Dios lo creó inmune a todo juicio: como resultado de Su necesidad de extender Su Amor” (T.15.V.11:1-2). Nuestro Ser fue creado por la necesidad del Amor de extenderse a Sí Mismo. Somos el resultado natural de la extensión del Amor.

Por lo tanto, lo que somos es Amor extendido. Lo que soy es Amor, Amor es lo que yo soy. Es todo lo que soy. No hay ninguna parte de mí que no sea Amor. Soy enteramente Amor. Esa parte de mí que cree ser algo distinto -que esta mañana puede parecer temeroso, o deprimido, o aburrido, o apagado y sin vida, o enfadado, o malvado y rencoroso- es únicamente una ilusión, una invención de mi imaginación. No es real. No soy yo. Yo soy únicamente Amor y, por lo tanto, enseño sólo Amor.

Soy Hijo del Amor, “el Amor de Dios proclamó que yo soy Su Hijo” (1:4). Estoy hecho a imagen y semejanza del Amor. No puedo ser algo distinto al Amor, tampoco he hecho otra cosa que amar. Cuando creía que era otra cosa, sólo estaba soñando. No soy un cuerpo, obsesionado con la conservación de sí mismo. Soy libre para amar, y libre para amar libremente. “Dios nunca dejará de amar a Su Hijo y Su Hijo nunca dejará de amar a su Padre” (T.10.V.10:6).

“El Amor de Dios dentro de mí es mi liberación” (1:5). Unirme a ese Amor dentro de mí es lo que me libera de la esclavitud que me he impuesto a mí mismo. Aceptar ese Amor como lo que yo soy es lo que me libera de toda culpa. Permitir que ese Amor se extienda a través de mí es lo que me libera de todo sufrimiento y me llena de felicidad. El Amor es mi libertador.

Que hoy acepte que el Amor de Dios está dentro de mí. Que sienta Su Presencia. Que me alegre de ser Amor. Todas las pequeñas cosas que parecen preocuparme, que parecen decirme que yo no soy Amor, o que alguien no es Amor,  todas esas pequeñas cosas desaparecen en la nada cuando abro mi corazón al Amor.

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miércoles, 27 de julio de 2016

UN CURSO DE MILAGROS. 27 de Julio. LECCIÓN 208


LECCIÓN 208

No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

1. (188) La paz de Dios refulge en mí ahora.

2Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se aquiete junto conmigo. 3Y en esa quietud hallaremos la paz de Dios. 4Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios Mismo.

5No soy un cuerpo. 6Soy libre. 
7Pues aún soy tal como Dios me creó. 



AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
 http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-208-audios-mp3_rf_4853560_1.html


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de  Robert Perry  y Allen Watson


LECCIÓN 208   -  27  JULIO

“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”
(188) “La paz de Dios refulge en mí ahora”
“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”


SEXTO  REPASO.   INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA

Propósito: Repasar cuidadosamente las últimas 20 lecciones, cada una de las cuales contiene todo el plan de estudios en su totalidad y, por lo tanto, es suficiente para la salvación, si se entiende, se practica, se acepta y se aplica sin excepción.

Tiempo de quietud por la mañana/ noche: por lo menos quince minutos.

  • Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.
  • Cierra los ojos y abandona todo lo que abarrota tu mente, olvídate de todo lo que crees saber. Dedícale el tiempo al Espíritu Santo, tu Maestro. Si te das cuenta de algún pensamiento de distracción, de inmediato niega que seas su presa, asegurándole a tu mente que ya no lo quieres más. Luego abandónalo y sustitúyelo con la idea del día. Di: “No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).

Observaciones: Estamos intentando ir más allá de las formas especiales de práctica porque lo que estamos intentando es ir más de prisa por una senda más corta que nos conduce a la serenidad y a la paz de Dios, que es nuestro objetivo.

Recordatorios cada hora: Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.

Respuesta a la tentación: No dejes pasar un solo pensamiento trivial sin confrontarlo. Si adviertes alguno, niega su dominio sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que no es eso lo que quiere. Luego descarta tranquila­mente el pensamiento que negaste y de inmediato y sin titubear sustitúyelo por la idea con la que estés practicando ese día, diciendo: No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).


COMENTARIOS SOBRE LA PRÁCTICA

  • Intentamos abandonar las palabras.
  • Intentamos abandonar las formas especiales de practicar.

Para las sesiones de práctica más largas nuestras únicas instrucciones son:

  • Vaciar nuestra mente de todo lo que la abarrota y olvidar todo lo que pensábamos que sabíamos.
  • Entregamos nuestras sesiones de práctica al Espíritu Santo, Quien nos enseñará qué pensar, decir y hacer, y Quien guiará nuestras sesiones de práctica.

Hay dos excepciones a esta falta de estructura:

  • Se nos dice que no dejemos pasar ningún pensamiento vano o distraído sin respuesta durante nuestro tiempo de quietud.
  • Se nos dan unos pocos pensamientos concretos (unas pocas líneas) para la lección de cada día, para que nos ayuden en nuestra práctica.


Comentario

Una y otra vez el Curso nos pide que “nos aquietemos”. Es sorprendente cuánto beneficio puede obtenerse de una sencilla pausa, aunque sólo sean diez segundos, cerrar los ojos y recordar la paz de Dios que está dentro de mí. Sólo la palabra “paz”, repetida mentalmente, puede tener un efecto relajante y sanador sobre la mente. Esto no es algo que venga sin nuestra colaboración activa. La práctica es necesaria. “Me aquietaré” es un acto de voluntad, una elección, una decisión. Hay que parar la frenética y continua corriente de pensamientos y preocupaciones, y la mente tiene que volverse hacia esa “quietud” (1:3) que está “dentro de mi corazón” (1:4).

La mayoría de nuestras horas de vigilia (y probablemente mientras dormimos, aunque no nos demos cuenta de ello) las pasamos con distintas preocupaciones que, cuando las despojamos de todo y las reducimos a lo básico, son preocupaciones acerca de nuestro cuerpo, de un modo u otro. Los cuidados diarios de bañarse, arreglarse, vestirse, y descansar nuestro cuerpo, está continuamente en nuestra mente. El tiempo que pasamos “ganándonos la vida” se necesita por la necesidad de dinero para comprar comida, ropa y alojamiento, y para nuestra diversión. Pero no somos cuerpos. Necesitamos recordatorios frecuentes de este hecho. Necesitamos pararnos y decirnos a nosotros mismos: “Paz, aquiétate”. Parece más fácil no hacer el esfuerzo, simplemente dejar que la corriente de preocupaciones corporales nos arrastre hacia delante de un momento al siguiente. Sin embargo, cuando hacemos el esfuerzo, cuando nos salimos de la corriente de pensamientos durante un minuto para aquietarnos y encontrar la paz de Dios, todo empieza a ir sin problemas ni complicaciones. Nos sentimos más felices que antes. Como dice un antiguo cántico cristiano: “Las cosas que antes eran preocupaciones desesperadas, ahora no pueden alterar mi descanso”.

Tenemos una fuente de paz dentro de nuestro corazón. Espera a que echemos mano de ella y bebamos su refrescante agua. Está aquí ahora, brillando dentro de nosotros. Ahora mismo, y a menudo durante el día de hoy: “Me aquietaré”. Acudiré a esa riqueza interior que “da testimonio de Dios Mismo” (1:4).