LECCIÓN 334
Hoy reclamo los regalos que el perdón otorga
1. No esperaré ni un solo día más para encontrar los
tesoros que mi Padre me ofrece. 2Todas las ilusiones son vanas, y
los sueños desaparecen incluso a medida que se van tejiendo con pensamientos
basados en percepciones falsas. 3No dejes que hoy vuelva a aceptar
regalos tan míseros. 4La Voz de Dios les ofrece Su paz a todos los
que escuchan y eligen seguirlo. 5Esto es lo que elijo hoy. 6Y
así, voy en busca de los tesoros que Dios me ha dado.
2. Busco sólo lo eterno. 2Pues Tu Hijo no
podría sentirse satisfecho con menos de eso. 3¿Qué otra cosa,
entonces, podría brindarle solaz, sino lo que Tú le ofreces a su desconcertada
mente y a su atemorizado corazón, a fin de proporcionarle certeza y traerle
paz? 4Hoy quiero contemplar a mi hermano sin mancha alguna de pecado
en él. 5Eso es lo que Tu Voluntad dispone que yo haga, pues así es
como podré contemplar mi propia impecabilidad.
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
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INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
de Robert Perry y Allen Watson
LECCIÓN 334 - 30 NOVIEMBRE
“Hoy reclamo los regalos que el perdón otorga”
Propósito: Dar los últimos pasos a Dios. Esperar a que Él dé el último paso.
Tiempo de quietud por la mañana/ noche: Tanto tiempo como sea necesario.
- Lee la lección.
- Utiliza la idea y la oración para dar comienzo al tiempo de quietud. No dependas de las palabras. Utilízalas como una sencilla invitación a Dios para que venga a ti.
- Siéntate en silencio y espera a Dios. Espera en quieta expectación a que Él se revele a Sí Mismo a ti. Busca únicamente la experiencia de Dios directa, profunda y sin palabras. Estate seguro de Su llegada, y no tengas miedo. Pues Él ha prometido que cuando Le invites, vendrá. Únicamente pides que cumpla Su antigua promesa, que Él quiere cumplir. Estos momentos de quietud son tu regalo a Él.
Recordatorios cada hora: No te olvides.
Da gracias a Dios por haber permanecido contigo y porque siempre estará ahí para contestar tu llamada a Él.
Recordatorios frecuentes: Tan a menudo como sea posible, incluso cada minuto.
Respuesta a la tentación: Cuando te sientas tentado a olvidarte de tu objetivo.
Lectura: Antes de uno de los momentos de práctica del día.
- Lee lentamente la sección “¿Qué es?”.
- Piensa en ella durante un rato.
Observaciones generales: Ahora,
en esta parte final del año que tú y Jesús habéis pasado juntos,
empiezas a alcanzar el objetivo de las prácticas, que es el objetivo del
Curso. Jesús está tan cerca que no puedes fracasar. Has recorrido una
gran parte del camino. No mires hacia atrás. Fija la mirada en el final
del camino. No habrías podido llegar tan lejos si no te hubieses dado
cuenta de que quieres conocer a Dios. Y eso es todo lo que se necesita
para que Él venga a ti.
Comentario
“Busco sólo lo eterno” (2:1). Esta lección trata acerca
de no perder más tiempo persiguiendo los supuestos regalos del ego. “No esperaré ni un solo día más para encontrar los
tesoros que mi Padre me ofrece” (1:1). El mayor uso que estamos haciendo de
nuestra libertad de decisión es retrasar nuestra aceptación de nuestra herencia
divina. Nos estamos aferrando como locos a nuestra ilusión de independencia, y
negándonos a nosotros mismos la única cosa que puede satisfacernos (2:2), como
una persona sin hogar se aferraría tontamente a sus harapos cuando se le está
ofreciendo ropa completamente nueva.
Que
hoy recuerde que nada del mundo tiene un valor duradero. “Todas las ilusiones
son vanas, y los sueños desaparecen incluso a medida que se van tejiendo con
pensamientos basados en percepciones falsas” (1:2). Esto me recuerda al
versículo del Eclesiastés que dice que toda nuestra búsqueda es como intentar
atrapar al viento. Las ilusiones del ego son fugaces, nunca pueden satisfacer
al Hijo de Dios. Únicamente lo que es eterno puede satisfacerme. Un héroe mío
cristiano, Jim Elliot, dijo una vez: “No está loco quien da lo que no puede
guardar para ganar lo que no puede perder”.
Que
recuerde que lo que verdaderamente quiero es Dios y Su paz. Espíritu Santo,
cuando piense que quiero otra cosa, ayúdame a cambiar ese deseo en lo que
verdaderamente es, un símbolo de mi anhelo del Padre y de mi Hogar. La Voz de
Dios me está ofreciendo paz, que ése sea mi único propósito, y que todo lo
demás se quede atrás.
“Los
regalos que el perdón ofrece” (título de la lección). ¿Qué tiene que ver todo
esto con el perdón? Simplemente esto: Cada propósito diferente a la paz
ocasiona falta de perdón, compito con alguien o algo por esa otra cosa, sea lo
que sea. La paz llega a través del perdón. Si la paz es mi único propósito, no
juzgaré a mis hermanos porque una mente que juzga no está en paz. Sólo una
mente libre de propósitos de menor importancia, libre del deseo de cosas
pasajeras, puede ver la inocencia en sus hermanos.
Cada
encuentro hoy me ofrece una oportunidad del Cielo. No tiene por qué haber
ninguna crisis. Todo el mundo es mi escuela de aprendizaje, y cada instante es
un momento para elegir. Que hoy elija paz.
¿Qué es el ego? (Parte 4)
L.pII.12.2:4-5
Y desde su (del ego) terrible autonomía "ve" que la Voluntad
de Dios ha sido destruida. (2:4)
A esta
ilusión de separación es a lo que llamamos ego, esta “terrible separación”
parece mostrarnos que hemos triunfado sobre la unión que es la Voluntad de
Dios. ¡Qué terrible sería si fuese cierto! Si el ego fuese real, sería una
prueba de la culpa más horrible que se pueda imaginar. Si soy un ego, entonces
lo que soy es una acusación de asesinato de lo más repugnante, pues he creado
mi existencia de la destrucción de la Voluntad de Dios. Y esto es lo que
creemos al identificarnos con el ego. Ésta es la culpa básica que está debajo
de todos nuestros sentimientos de inquietud, de toda nuestra sensación de no
ser dignos.
Sueña con el castigo y tiembla ante las figuras de sus sueños: sus enemigos, que andan
tras él queriendo asesinarlo antes de que él pueda proteger su seguridad
atacándolos primero. (2:5)
En la
“terrible separación” de nuestra identificación con el ego, nos hemos
enfrentado con Dios y con todo el universo. Todos los demás y todas las cosas
son una amenaza a nuestra libertad. Nuestros sueños están llenos de castigos
horribles por nuestro “crimen”. El estado del ego es de pura manía
persecutoria, tenemos miedo de todo. Esperamos que el hacha del verdugo caiga
en cualquier momento. No se puede confiar en nadie. Cada figura de nuestro
sueño es un enemigo, y la única posibilidad de sobrevivir es matarlos antes de
que nos maten. La única seguridad está en el ataque.
La manía
persecutoria de la mente no puede evitarse, dada la idea del ego de separación.
Todos lo experimentamos en mayor o menor grado, algunos simplemente lo
ocultamos mejor que otros. Cuando nos deprimimos, cada uno de nosotros se
siente insoportablemente solo, un desconocido, agachado en las sombras del
bosque, mientras el resto del mundo se toma de la mano y canta alrededor de la
hoguera. Ése es el resultado inevitable de la idea de separación del ego. Es el
resultado de lo que equivocadamente pensamos que somos.
La buena
noticia es que esto no es lo que somos, la soledad es una ilusión, una
imposibilidad extravagante. El ego es por siempre increíble. No estamos más
separados de Dios y de Su creación que lo que una célula de mi cuerpo puede
estar separada del cuerpo mismo. Vivimos en Dios, nos movemos en Dios, y
tenemos nuestro ser en Dios. Todos nosotros estamos haciendo este increíble
cambio desde la separación del ego a una unidad que está más allá de la
persona, al reconocimiento de un Todo más elevado al que pertenecemos, un Todo
que existe en cada parte, en ti, en mí. Nada puede parar este cambio porque es
el reconocimiento de lo que siempre ha sido así.
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