Yo lo conocí una tarde, parado frente a un gran abismo
y ni siquiera me miró
y ni siquiera me miró
Poderoso el viento que subía por aquel acantilado
sosteniendo esta emoción.
Sólo dos talones en la tierra, todo el cuerpo en el vacío,
sobre el aire se apoyó
Se me heló la sangre recordando, si es que en lo que he caminado
había visto el gran valor.
Ahora sé que hasta el viento se inclina ante el amor,
Ahora sé que hasta el miedo termina sirviendo al amor.
Su cuerpo parecía flotar sobre una nube irreal
entre la mente y la materia
No existe el bien no existe el mal, ya no hay frontera que cruzar
sólo nos queda la conciencia.
De pronto retrocedió, me miró lleno de amor,
aquel señor del gran abismo
Sólo una frase y se marchó: "Eres sólo tu respiración,
en paz yo doy, en paz recibo".
Ahora sé que no hay nada corazón más que cariño,
ahora sé que el gran maestro corazón es un Abismo.
Sólo el amor puede curar, sólo el amor puede intentar,
vencer al monstruo del olvido,
de olvidarte de quién eres, de quién fuiste y de qué hiciste,
del amor algo prohibido.
Nunca te canses de intentar, de recordar una vez más
que eres ya tú lo más divino,
y aunque no puedas comprender, en cada muerte hay un nacer
por eso duele estar tan vivo.
Ahora sé que no soy nada corazón, más que cariño,
ahora sé que las serpientes son maestras, de los caminos
ahora sé que ya no hay nada corazón, más que cariño,
ahora sé que el gran maestro corazón, es un abismo.
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