domingo, 28 de julio de 2019

UN CURSO DE MILAGROS. 28 de Julio. LECCIÓN 209


LECCIÓN 209

No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.

1. (189) Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora.

2El Amor de Dios es lo que me creó. 3El Amor de Dios es todo lo que soy. 4El Amor de Dios proclamó que yo soy Su Hijo. 5El Amor de Dios dentro de mí es mi liberación.

6No soy un cuerpo. 7Soy libre. 
8Pues aún soy tal como Dios me creó. 


AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-209-audios-mp3_rf_4854163_1.html



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Ayuda para las lecciones:
de  Robert Perry  y Allen Watson


LECCIÓN 209   -   28  JULIO

“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”
(189) “Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora”
“No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”


SEXTO  REPASO.   INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA

Propósito: Repasar cuidadosamente las últimas 20 lecciones, cada una de las cuales contiene todo el plan de estudios en su totalidad y, por lo tanto, es suficiente para la salvación, si se entiende, se practica, se acepta y se aplica sin excepción.

Tiempo de quietud por la mañana/ noche: por lo menos quince minutos.

  • Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.
  • Cierra los ojos y abandona todo lo que abarrota tu mente, olvídate de todo lo que crees saber. Dedícale el tiempo al Espíritu Santo, tu Maestro. Si te das cuenta de algún pensamiento de distracción, de inmediato niega que seas su presa, asegurándole a tu mente que ya no lo quieres más. Luego abandónalo y sustitúyelo con la idea del día. Di: “No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).

Observaciones: Estamos intentando ir más allá de las formas especiales de práctica porque lo que estamos intentando es ir más de prisa por una senda más corta que nos conduce a la serenidad y a la paz de Dios, que es nuestro objetivo.

Recordatorios cada hora: Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.

Respuesta a la tentación: No dejes pasar un solo pensamiento trivial sin confrontarlo. Si adviertes alguno, niega su dominio sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que no es eso lo que quiere. Luego descarta tranquila­mente el pensamiento que negaste y de inmediato y sin titubear sustitúyelo por la idea con la que estés practicando ese día, diciendo: No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).


COMENTARIOS SOBRE LA PRÁCTICA

  • Intentamos abandonar las palabras.
  • Intentamos abandonar las formas especiales de practicar.

Para las sesiones de práctica más largas nuestras únicas instrucciones son:

  • Vaciar nuestra mente de todo lo que la abarrota y olvidar todo lo que pensábamos que sabíamos.
  • Entregamos nuestras sesiones de práctica al Espíritu Santo, Quien nos enseñará qué pensar, decir y hacer, y Quien guiará nuestras sesiones de práctica.

Hay dos excepciones a esta falta de estructura:

  • Se nos dice que no dejemos pasar ningún pensamiento vano o distraído sin respuesta durante nuestro tiempo de quietud.
  • Se nos dan unos pocos pensamientos concretos (unas pocas líneas) para la lección de cada día, para que nos ayuden en nuestra práctica.

Comentario

“El Amor de Dios es lo que me creó” (1:2). Crear y amar son lo mismo (T.7.I.3:3). El Amor, por su naturaleza, se extiende hacia fuera y crea más de Sí Mismo, crea a Su semejanza… “Dios te creó extendiéndose a Sí Mismo hasta dar lugar a lo que eres…” (T.7.I.5:2). “¿Crees que puedes juzgar al Ser de Dios? Dios lo creó inmune a todo juicio: como resultado de Su necesidad de extender Su Amor” (T.15.V.11:1-2). Nuestro Ser fue creado por la necesidad del Amor de extenderse a Sí Mismo. Somos el resultado natural de la extensión del Amor.

Por lo tanto, lo que somos es Amor extendido. Lo que soy es Amor, Amor es lo que yo soy. Es todo lo que soy. No hay ninguna parte de mí que no sea Amor. Soy enteramente Amor. Esa parte de mí que cree ser algo distinto -que esta mañana puede parecer temeroso, o deprimido, o aburrido, o apagado y sin vida, o enfadado, o malvado y rencoroso- es únicamente una ilusión, una invención de mi imaginación. No es real. No soy yo. Yo soy únicamente Amor y, por lo tanto, enseño sólo Amor.

Soy Hijo del Amor, “el Amor de Dios proclamó que yo soy Su Hijo” (1:4). Estoy hecho a imagen y semejanza del Amor. No puedo ser algo distinto al Amor, tampoco he hecho otra cosa que amar. Cuando creía que era otra cosa, sólo estaba soñando. No soy un cuerpo, obsesionado con la conservación de sí mismo. Soy libre para amar, y libre para amar libremente. “Dios nunca dejará de amar a Su Hijo y Su Hijo nunca dejará de amar a su Padre” (T.10.V.10:6).

“El Amor de Dios dentro de mí es mi liberación” (1:5). Unirme a ese Amor dentro de mí es lo que me libera de la esclavitud que me he impuesto a mí mismo. Aceptar ese Amor como lo que yo soy es lo que me libera de toda culpa. Permitir que ese Amor se extienda a través de mí es lo que me libera de todo sufrimiento y me llena de felicidad. El Amor es mi libertador.

Que hoy acepte que el Amor de Dios está dentro de mí. Que sienta Su Presencia. Que me alegre de ser Amor. Todas las pequeñas cosas que parecen preocuparme, que parecen decirme que yo no soy Amor, o que alguien no es Amor,  todas esas pequeñas cosas desaparecen en la nada cuando abro mi corazón al Amor.

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