LECCIONES 361-365
Te entrego este instante santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, segur@ de que Tu dirección me brindará paz
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INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
LECCIÓN 364 - 30 DICIEMBRE
“Te entrego este instante santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, segur@ de que Tu dirección me brindará paz”
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, segur@ de que Tu dirección me brindará paz”
LECCIONES FINALES
Propósito: Recibir
el regalo que Dios ha prometido a Su Hijo. Dedicar nuestra mente a
seguir el camino de la verdad y llevar allí a nuestros hermanos.
Perdonar al mundo y acelerar el final del sueño que Dios ha fijado.
Tiempo de quietud por la mañana/ noche: Tanto tiempo como sea necesario.
- Utiliza las palabras sólo al comienzo, y únicamente para recordarte a ti mismo que estás intentando ir más allá de ellas.
- Deja el resto de la lección al Espíritu Santo. Ponle a Él a cargo de todo. Cualquier cosa que necesites, sea un pensamiento, una palabra, o quietud y serenidad, Él te lo dará.
Recordatorios cada hora: No hay instrucciones concretas.
Recordatorios frecuentes: No hay instrucciones concretas.
Respuesta a la tentación: No hay instrucciones concretas.
Comentario
Sugiero
que en estos dos últimos días de este año leas la lección y luego el Epílogo
que hay detrás. Compartiré algunos comentarios sobre el Epílogo durante estos
dos días, sin embargo, tu práctica debe ser con la última lección.
El
Epílogo se hace eco de dos temas de la última lección: Seguir al Espíritu Santo como tu Maestro y Amigo en el camino, y la
seguridad de alcanzar con éxito el
final del camino.
Tu Amigo te acompaña. No estás solo. (Ep.1:2-3)
Tu llegada al hogar es tan segura como la trayectoria que ha sido
trazada para el sol antes de que despunte el alba… De hecho, tu camino es
todavía más seguro. (Ep.2:1-2)
Hoy voy
a tratar el tema de seguir, y mañana
la seguridad de llegar al hogar.
El
Epílogo deja muy claro que aunque hayamos completado el Libro de Ejercicios y
hayamos logrado el propósito que establece para nosotros, habiendo desarrollado
la costumbre diaria de darle la dirección de nuestra vida al Espíritu Santo,
sólo hemos empezado nuestro viaje y queda mucho trecho todavía. El camino por
delante puede ser largo. Habrá dificultades a lo largo del camino. ¿Por qué
haría Jesús hincapié en la seguridad del final si no creyéramos que hay razón
para dudar?
Se nos
dice que este curso es un comienzo, no un final (1:1). Podemos esperar
problemas (1:5) y dudas (1:7). Todavía tendremos lecciones aunque no las
“lecciones específicas” del Libro de Ejercicios (3:1). Se necesitarán
“esfuerzos” (3:3).Habrá momentos en que experimentaremos dificultad, o dolor
que pensaremos que es real (4:1). Aún estamos en el camino al Cielo, pero
todavía no estamos allí (5:4). Necesitamos
dirección (5:5), así que debe haber obstáculos o a veces el camino no parece
claro. Todavía estamos en el camino que nos lleva a nuestro hogar (5:7). “Continuaremos recorriendo Su camino” (6:2). Jesús dice que nunca nos
dejará sin consuelo, así que el consuelo seguirá siendo necesario (6:8).
Estoy
señalando todo lo que nos indica que nos queda una parte muy importante de
nuestro viaje todavía por delante, ya que con facilidad solemos pensar de otro
modo, y nos volvemos impacientes y queremos que termine el viaje. Los puntos
positivos de este Epílogo están planeados para eliminar el desánimo que puede
entrarnos cuando nos damos cuenta de que todavía nos queda un largo recorrido.
Primero,
tenemos un Amigo Que va con nosotros. “¡Un Amigo!” ¿Me ha enseñado eso mi
experiencia con el Libro de Ejercicios? El Espíritu Santo es mi Amigo. (Tal vez
para algunos de nosotros ese Amigo es Jesús). ¿Ha sido mi relación con Él
suficiente para desarrollar mi confianza en Él? “hablándoos diariamente de vuestro Padre, de
vuestro hermano y de vuestro Ser” (4:4). Se nos dan promesas maravillosas de Su
dulzura y Su deseo de ayudarnos. No podemos invocarle en vano. Él tiene la
respuesta a cualquier cosa que Le preguntemos o pidamos, y no nos las negará.
Todo lo que tenemos que hacer es pedir. Él nos habla de “lo que realmente
quieres y necesitas” (2:4).
Él dirigirá tus esfuerzos, diciéndote exactamente lo que debes hacer,
cómo dirigir tu mente y cuándo debes venir a Él en silencio, pidiendo Su
dirección infalible y Su Palabra certera. (Ep.3:3)
No
necesitamos preocuparnos por la duración o la dificultad de nuestro viaje.
Tenemos un Guía. El Libro de Ejercicios no es nuestro viaje, es un campo de
entrenamiento que nos prepara para nuestro viaje, que nos presenta a nuestro
Guía y que nos enseña a confiar en Él. Al hacer el Libro de Ejercicios hemos
aprendido lo merecedor de nuestra confianza y lo sabio que es; ahora estamos
listos para empezar el viaje, caminando con Él con la confianza de que Él sabe
cómo llevarnos al Hogar.
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