LECCIÓN 232
Permanece en mi mente todo el día, Padre mío.
1. Padre mío, permanece en mi mente desde el momento en que me despierte, y derrama Tu luz sobre mí todo el día. 2Que cada minuto sea una oportunidad más de estar Contigo. 3Y que
no me olvide de darte las gracias cada hora por haber estado conmigo y
porque siempre estás ahí presto a escucharme y a contestarme cuando te
llamo. 4Y al llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan siendo acerca de Ti y de Tu Amor. 5Y que duerma en la confianza de que estoy a salvo, seguro de Tu cuidado y felizmente consciente de que soy Tu Hijo.
2. Así es como debería ser cada día. 2Practica hoy el final del miedo. 3Ten fe en Aquel que es tu Padre. 4Deja todo en Sus Manos. 5Deja que Él te revele todo y no te desanimes, pues eres Su Hijo.
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-232-audios-mp3_rf_4988676_1.html
2. ¿Qué es la salvación?
1. La salvación es la promesa que Dios te hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él. 2Y Él no puede dejar de cumplirla. 3Garantiza que al tiempo le llegará su fin, al igual que a todos los pensamientos que se originaron en él. 4La
Palabra de Dios se le concede a toda mente que cree tener pensamientos
separados, a fin de reemplazar, esos pensamientos de conflicto con el
Pensamiento de la paz.
2. El Pensamiento de la paz le fue dado al Hijo en el mismo instante en que su mente concibió el pensamiento de la guerra. 2Antes de eso no había necesidad de ese Pensamiento, pues la paz se había otorgado sin opuestos y simplemente era. 3Una mente dividida, no obstante, tiene necesidad de curación. 4Y
así, el Pensamiento que tiene el poder de subsanar la división pasó a
formar parte de cada fragmento de la mente que seguía siendo una, pero
no reconocía su unidad. 5Al no conocerse a sí misma, pensó que había perdido su Identidad.
3. La salvación es un des-hacer en el sentido de que no hace nada, al no apoyar el mundo de sueños y de malicia. 2De esta manera, las ilusiones desaparecen. 3Al no prestarles apoyo, deja que simplemente se conviertan en polvo. 4Y lo
que ocultaban queda ahora revelado: un altar al santo Nombre de Dios
donde Su Palabra está escrita, con las ofrendas de tu perdón depositadas
ante él, y tras ellas, no mucho más allá, el recuerdo de Dios.
4. Acudamos diariamente a este santo lugar y pasemos un rato juntos. 2Ahí compartimos nuestro sueño final. 3Es éste un sueño en el que no hay pesares, pues contiene un atisbo de toda la gloria que Dios nos ha dado. 4En él se ve brotar la hierba, los árboles florecer y los pájaros hacer sus nidos en su ramaje. 5La tierra nace de nuevo desde una nueva perspectiva. 6La noche ya pasó, y ahora nos hemos unido en la luz.
5. Desde ahí le extendemos la salvación al mundo, pues ahí fue donde la recibimos. 2El himno que llenos de júbilo entonamos le proclama al mundo que la libertad
ha retornado, que al tiempo casi le ha llegado su fin y que el Hijo de
Dios tan sólo tiene que esperar un instante antes de que su Padre sea
recordado, los sueños hayan terminado, la eternidad haya disuelto al
mundo con su luz y el Cielo sea lo único que exista.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
de Robert Perry y Allen Watson
LECCIÓN 232 - 20 AGOSTO
“Permanece en mi mente todo el día, Padre mío”
Propósito: Dar los últimos pasos a Dios. Esperar a que Él dé el último paso.
Tiempo de quietud por la mañana/ noche: Tanto tiempo como sea necesario.
- Lee la lección.
- Utiliza la idea y la oración para dar comienzo al tiempo de quietud. No dependas de las palabras. Utilízalas como una sencilla invitación a Dios para que venga a ti.
- Siéntate en silencio y espera a Dios. Espera en quieta expectación a que Él se revele a Sí Mismo a ti. Busca únicamente la experiencia de Dios directa, profunda y sin palabras. Estate seguro de Su llegada, y no tengas miedo. Pues Él ha prometido que cuando Le invites, vendrá. Únicamente pides que cumpla Su antigua promesa, que Él quiere cumplir. Estos momentos de quietud son tu regalo a Él.
Recordatorios cada hora: No te olvides.
Da gracias a Dios por haber permanecido contigo y porque siempre estará ahí para contestar tu llamada a Él.
Recordatorios frecuentes: Tan a menudo como sea posible, incluso cada minuto.
Recuerda la idea. Permanece con Dios, deja que Él te ilumine.
Respuesta a la tentación: Cuando te sientas tentado a olvidarte de tu objetivo.
Utiliza la idea del día como una llamada a Dios y desaparecerán todas las tentaciones.
Lectura: Antes de uno de los momentos de práctica del día.
- Lee lentamente la sección “¿Qué es?”.
- Piensa en ella durante un rato.
Observaciones generales: Ahora,
en esta parte final del año que tú y Jesús habéis pasado juntos,
empiezas a alcanzar el objetivo de las prácticas, que es el objetivo del
Curso. Jesús está tan cerca que no puedes fracasar. Has recorrido una
gran parte del camino. No mires hacia atrás. Fija la mirada en el final
del camino. No habrías podido llegar tan lejos si no te hubieses dado
cuenta de que quieres conocer a Dios. Y eso es todo lo que se necesita
para que Él venga a ti.
Comentario
Cuando
me despierto, Dios está en mi mente; Su Presencia está conmigo y en mi
consciencia. Su Amor, y el gozo y la paz de saber que Dios está conmigo,
tienen prioridad por encima de cualquier otra cosa. Surgen las
molestias físicas y las preocupaciones acerca de organizar el día, pero
nada de esto desplaza a la paz de Dios; es mi base, mis cimientos, y lo
más importante. Es una consciencia constante, como el sonido de fondo
del aire acondicionado, siempre aquí, a menudo sin notarse, pero listo
para ser notado en cualquier momento en que Le preste atención.
“Que
cada minuto sea una oportunidad más de estar Contigo” (1:2). ¡Éste es
mi deseo! Estar con Dios cada minuto del día. Me recuerda al Nuevo
Testamento, Juan 15: “Mora en mí, y yo en Ti”. O la expresión de esa
misma idea del Antiguo Testamento: “El Dios eterno es tu refugio, y
debajo están los brazos eternos” (Deut.33.27). Que hoy recuerde cada
hora decir: “Gracias por estar conmigo hoy. Gracias por estar siempre
conmigo”.
Y al
llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan siendo acerca de Ti y
de Tu Amor. Y que duerma en la confianza de que estoy a salvo, seguro
de Tu cuidado y felizmente consciente de que soy Tu Hijo. (1:4-5)
Seguro
de estar a salvo. Por lo tanto, libre de todo miedo. La mayor parte de
nuestra vida está dirigida por miedos de varias clases, el miedo dirige
al ego. La paz es la ausencia de miedo. Y puesto que el miedo es la
ausencia de amor, la paz y el amor van siempre juntos. Cuando estoy
amando, estoy en paz. Cuando estoy en paz, estoy amando. Cuando estoy
seguro de estar a salvo, conociendo la Presencia de Dios conmigo en cada
momento, estoy en paz y el amor fluye a través de mí.
“Así
es como debería ser cada día” (2:1). Éste es el propósito de la vida en
este mundo: vivir cada día con Dios en mi mente. Despertar en Su
Presencia, caminar en Su Amor radiante, y dormir bajo Su cuidado y
protección. Vivir de tal manera que Su Presencia se convierta en lo
primero de todo, y que la agitación y el ruido de este mundo queden en
segundo plano.
¿Cómo
es el día para alguien que ha aprendido lo que enseña el Curso?
Sencillamente esto: Practicar constantemente el final del miedo. Caminar
con fe en Aquel Que es mi Padre, confiándole a Él todas las cosas, y no
desanimarme en nada porque yo soy Su Hijo (párrafo 2).
¿Qué es la salvación? (Parte 2)
L.pII.2.1:4
¿Cómo
funciona la salvación? La esencia de esto se afirma en una frase
sencilla: “La Palabra de Dios se le concede a toda mente que cree tener
pensamientos separados, a fin de reemplazar, esos pensamientos de
conflicto con el Pensamiento de la paz” (1:4). En el momento en que
surgió en nuestra mente el pensamiento de conflicto, la Palabra de Dios
se puso en nuestra mente también. Antes incluso de que comenzase el
desastre, se dio la Respuesta.
Tú
y yo, que pensamos que somos seres separados, somos esa mente que
piensa que tiene pensamientos separados. Pero en nosotros se puso la
Palabra de Dios, la Verdad está debajo de todos nuestros propios
engaños. Desde dentro, el Pensamiento de Dios está trabajando en
silencio, esperando, actuando para reemplazar todos nuestros
pensamientos de conflicto. Los pensamientos de conflicto son miles,
tomando miles de formas, cada una en conflicto con el universo, y la
mayoría en conflicto con las demás. El Pensamiento de la paz es uno. Es
el único remedio para cada pensamiento de conflicto, ya sea de odio, de
ira, de desesperación, de frustración, de amargura, o de muerte. El
Pensamiento de Dios los cura todos ellos.
El
remedio está dentro de mí, ahora. Esto es la salvación: volverse hacia
adentro, al Pensamiento de paz, y encontrarlo allí dentro de mí.
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