LECCIÓN 244
No estoy en peligro en ningún lugar del mundo
1. Tu Hijo está a salvo dondequiera que se encuentre porque Tú estás allí con él. 2Sólo con que invoque Tu Nombre recordará su seguridad y Tu Amor, pues éstos son uno. 3¿Cómo
puede temer, dudar o no darse cuenta de que es imposible que pueda
sufrir, estar en peligro o ser infeliz cuando él te pertenece a ti, es
bienamado y amoroso, y está por siempre a salvo en Tu Paternal abrazo?
2. Y ahí es en verdad donde nos encontramos. 2No hay tormenta que pueda venir a azotar el santuario de nuestro hogar. 3En Dios estamos a salvo, 4pues, ¿qué podría suponer una amenaza para Dios, o venir a asustar a lo que por siempre ha de ser parte de Él?
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-244-audios-mp3_rf_5311253_1.html
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-244-audios-mp3_rf_5311253_1.html
3. ¿Qué es el mundo?
1. El mundo es una percepción falsa. 2Nació de un error, y no ha abandonado su fuente. 3Persistirá mientras se siga abrigando el pensamiento que le dio vida. 4Cuando
el pensamiento de separación haya sido sustituido por uno de verdadero
perdón, el mundo se verá de una manera completamente distinta; de una
manera que conduce a la verdad en la que el mundo no puede sino
desaparecer junto con todos sus errores. 5Ahora su fuente ha desaparecido, al igual que sus efectos.
2. El mundo se fabricó como un acto de agresión contra Dios. 2Es el símbolo del miedo. 3Mas ¿qué es el miedo sino la ausencia de amor? 4El
mundo, por lo tanto, se fabricó con la intención de que fuese un lugar
en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar
separado de Él. 5Esa fue la cuna de la percepción, pues el conocimiento no podría haber sido la causa de pensamientos tan descabellados. 6Mas los ojos engañan, y los oídos oyen falsedades. 7Ahora es muy posible cometer errores porque se ha perdido la certeza.
3. Y para sustituirla nacieron los mecanismos de la ilusión, 2que ahora van en pos de lo que se les ha encomendado buscar. 3Su finalidad es servir el propósito para el que se fabricó el mundo, de modo que diese testimonio de él y lo hiciera real. 4Dichos mecanismos ven en sus ilusiones una sólida base donde existe la verdad y donde se mantiene aparte de las mentiras. 5No obstante, no informan más que de ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la verdad.
4. Del mismo modo en que el propósito de la vista fue alejarte de la verdad, puede asimismo tener otro propósito. 2Todo
sonido se convierte en la llamada de Dios, y Aquel a quien Dios designó
como el Salvador del mundo puede conferirle a toda percepción un nuevo
propósito. 3Sigue Su Luz, y verás el mundo tal como Él lo ve. 4Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla. 5Y deja que Él te conceda la paz y la certeza que tú desechaste, pero que el Cielo salvaguardó para ti en Él.
5. No nos quedemos tranquilos hasta que el mundo se haya unido a nuestra nueva percepción. 2No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. 3Y no intentemos cambiar nuestra función. 4Tenemos que salvar al mundo. 5Pues
nosotros que lo fabricamos tenemos que contemplarlo a través de los
ojos de Cristo, de modo que aquello que se concibió para que muriese
pueda ser restituido a la vida eterna.
------------------------------------------
INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
de Robert Perry y Allen Watson
LECCIÓN 244 - 1 SEPTIEMBRE
“No estoy en peligro en ningún lugar del mundo”
Propósito: Dar los últimos pasos a Dios. Esperar a que Él dé el último paso.
Tiempo de quietud por la mañana/ noche: Tanto tiempo como sea necesario.
- Lee la lección.
- Utiliza la idea y la oración para dar comienzo al tiempo de quietud. No dependas de las palabras. Utilízalas como una sencilla invitación a Dios para que venga a ti.
- Siéntate en silencio y espera a Dios. Espera en quieta expectación a que Él se revele a Sí Mismo a ti. Busca únicamente la experiencia de Dios directa, profunda y sin palabras. Estate seguro de Su llegada, y no tengas miedo. Pues Él ha prometido que cuando Le invites, vendrá. Únicamente pides que cumpla Su antigua promesa, que Él quiere cumplir. Estos momentos de quietud son tu regalo a Él.
Recordatorios cada hora: No te olvides.
Da gracias a Dios por haber permanecido contigo y porque siempre estará ahí para contestar tu llamada a Él.
Recordatorios frecuentes: Tan a menudo como sea posible, incluso cada minuto.
Recuerda la idea. Permanece con Dios, deja que Él te ilumine.
Respuesta a la tentación: Cuando te sientas tentado a olvidarte de tu objetivo.
Utiliza la idea del día como una llamada a Dios y desaparecerán todas las tentaciones.
Lectura: Antes de uno de los momentos de práctica del día.
- Lee lentamente la sección “¿Qué es?”.
- Piensa en ella durante un rato.
Observaciones generales: Ahora,
en esta parte final del año que tú y Jesús habéis pasado juntos,
empiezas a alcanzar el objetivo de las prácticas, que es el objetivo del
Curso. Jesús está tan cerca que no puedes fracasar. Has recorrido una
gran parte del camino. No mires hacia atrás. Fija la mirada en el final
del camino. No habrías podido llegar tan lejos si no te hubieses dado
cuenta de que quieres conocer a Dios. Y eso es todo lo que se necesita
para que Él venga a ti.
Comentario
Quien yo he creído ser está en peligro en cualquier lugar del
mundo. Continuamente nos asaltan señales de peligro. Fumar puede
matarme, incluso lo que queda del humo es mortal. El agua no es segura,
necesito un purificador. Los conservantes y colorantes de la comida
producen cáncer. Mantente alejado del microondas mientras lo tienes
enchufado. No te sientes demasiado cerca de la pantalla del televisor o
del ordenador. Ten cuidado con los virus del ordenador, y todavía más
cuidado con el virus del SIDA. No des de comer a los osos mientras estás
acampado. No uses el teléfono en una tormenta en la que haya rayos. No
bebas si conduces, y ten cuidado con los que lo hacen.
Para
empezar a aceptar la idea de hoy, tengo que darme cuenta de que no soy
quien he creído ser. Esta pequeña identidad de Allen Watson, envuelto en
un cuerpo frágil, no es el que no está en peligro en ningún lugar del
mundo: “Tu Hijo está a salvo dondequiera que se encuentre” (1:1). Es el
Hijo Quien está a salvo, el Hijo Quien es amado por Dios “y está por
siempre a salvo en Tu Paternal abrazo” (1:3). Hoy en mis momentos de
quietud quiero recordar que Esto es Quien yo soy y, al menos en estos
momentos, abandonaré mi sensación de peligro, bajaré mis defensas, y
disfrutaré de la consciencia del Amor y protección del Padre (1:2). Me
daré cuenta de que Quien Yo soy no puede “sufrir, estar en peligro o ser
infeliz” (1:3).
Hoy
voy a intentar sentir mi seguridad. ¿Cómo me sentiría si supiera de
verdad, hasta lo más profundo de mi ser, que no puedo sufrir, estar en
peligro o ser infeliz? ¿Qué efecto tendría en la tensión en mis hombros,
el nudo en mi estómago, o el acelerado latir de mi corazón? Voy a
pensar en esto con detenimiento. Voy a intentar imaginarme la paz que
sentiría. Voy a sentir la relajación en cada parte de mi cuerpo y, lo
que es más importante, voy a sentir que se derrite la dureza de mi
mente. Pienso que me sentiría como un niño pequeño que cuando mamá o
papá le dicen: “Ahora todo está bien”, lo cree de verdad. El temblor del
miedo cesa, el cuerpecito se relaja, y el niñito se queda dormido en
los brazos de su mamá.
“Y
ahí es en verdad donde nos encontramos”, “siempre a salvo en Tu
Paternal abrazo” (2:1, 1:3). “En Dios estamos a salvo” (2:3). Sí.
¿Qué es el mundo? (Parte 4)
L.pII.3.2:4-7
El
mundo es donde nació la percepción falsa (2:5). Nació porque el
conocimiento no pudo ocasionar los pensamientos de miedo, el
conocimiento únicamente conoce la paz de Dios. En el Curso, el
conocimiento siempre habla del Cielo y de su unidad; por otra parte, la
percepción es el único medio de “saber” en este mundo. Los dos se
comparan a menudo en el Texto. La percepción de por sí no es fiable:
“los ojos engañan, y los oídos oyen falsedades” (2:6). Todos sabemos que
esto es verdad. Uno sólo tiene que empezar una discusión conyugal
acerca de lo que se vio y se dijo la noche anterior para demostrárnoslo a
nosotros mismos. (Por supuesto, ¡siempre es la otra persona la que
parece estar percibiendo falsedades!)
En
todas las veces que mis sentidos me han engañado, ¿se me ha pasado por
la cabeza que se hicieron precisamente para eso? “Pues los ojos fueron
concebidos para que viesen un mundo que no existe, y los oídos, para que
oyesen voces insonoras” (T.28.V.5:4, el resto del párrafo es también
importante).
Los ojos del cuerpo ven únicamente formas. No pueden ver más allá de aquello para cuya contemplación fueron fabricados. Y fueron
fabricados para fijarse en los errores y no ver más allá de ellos. Su
percepción es ciertamente extraña, pues sólo pueden ver ilusiones, al
no poder ver más allá del bloque de granito del pecado y al detenerse
ante la forma externa de lo que no es nada. (T.22.III.5:3-6)
Con
nuestra dependencia de nuestros ojos y oídos, nos hemos hecho muy
fáciles de caer en el error: “Ahora es muy posible cometer errores
porque se ha perdido la certeza” (2:7).
La
percepción engañosa y nada fiable le permite al ego hacer que este
mundo parezca real. La percepción nos muestra la vista de un mundo lleno
de peligros, que exige defenderse y vigilancia continua contra el
ataque. “El mundo es una percepción falsa” (1:1). Únicamente la visión
de Cristo, que ve la Luz de Dios, puede mostrar algo diferente.
El
propósito del mundo que ves es nublar tu función de perdonar y
proveerte de una justificación por haberte olvidado de ella. Es asimismo
la tentación de abandonar a Dios y a Su Hijo adquiriendo una
apariencia física. Esto es lo que los ojos del cuerpo ven. (L.64.1:2-4)
Nada
de lo que los ojos del cuerpo parecen ver puede ser otra cosa que una
forma de tentación, ya que ése fue el propósito del cuerpo en sí. Hemos
aprendido, no obstante, que el Espíritu Santo tiene otro uso para todas
las ilusiones que tú has forjado, y, por lo tanto, ve en ellas otro
propósito. Para el Espíritu Santo el mundo es un lugar en el que
aprendes a perdonarte a ti mismo lo que consideras son tus pecados. De
acuerdo con esta percepción, la apariencia física de la tentación se
convierte en el reconocimiento espiritual de la salvación. (L.64.4)
----------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario